Estados Unidos dice que la OTAN abordará el problema de China, pero otros no están ansiosos por hacerlo

Contrariamente a las declaraciones de Washington, otros países no quieren tener que elegir entre Estados Unidos y China.

Según un reciente informe del Financial Times, Estados Unidos está aumentando la presión para transformar la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), bloque militar creado durante la Guerra Fría para contrarrestar la expansión del comunismo, en una alianza antichina.

El periódico cita al embajador de EE.UU. ante la OTAN diciendo que los aliados «pasarían de lo que llamamos evaluar el problema a abordar el problema». Por supuesto, en el léxico del embajador el «problema» es China y «abordarlo» significa aumentar la presión contra la superpotencia asiática. Muchos han interpretado estas palabras en el sentido de que Washington está intentando intensificar su «Nueva Guerra Fría» contra Pekín; sin embargo, en este caso, no se trataría de una reedición de la Guerra Fría del siglo XX en una nueva versión, sino que en realidad sería una repetición del colonialismo del siglo XIX, ya que serían países europeos y de ascendencia europea los que se enfrentarían a un país asiático.

Existen algunas señales de que la OTAN podría avanzar en esta dirección. De hecho, el primer documento de «concepto estratégico» del bloque en más de una década, publicado este año, menciona por primera vez a China como uno de los principales retos. Al mismo tiempo, se han producido importantes reacciones en contra de la confrontación con Pekín liderada por Washington, tanto por parte de los países de la OTAN como de sus socios vecinos.

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